NO UN DÍA CUALQUIERA- Aaaammmmm...qué sueño dios.....- bostecé mientras me despertaba y me levantaba de la cama. Tenía hambre, así que decidí ir a la cocina a ver qué rico desayuno me había preparado mi madre. Pero cuando llegué no había nadie...
- ¿Hola?
No, definitivamente no había nadie en mi casa. Me di cuenta de que un pequeño papel asomaba colgando del frigorífico, fui haci él y leí: Buenos días hijo, tu padre, tus hermanos y yo hemos ido en busca de un mecánico, porque nuestros ciempiés-coche se ha roto una pata. Como no hay mecánicos por la ciudad hemos buscado por internet y sólo hay tres en todo el universo, para los insectos. El problema es que no está exactamente en nuestro planeta, así que hemos hecho las maletas y en estos momentos nos dirigimos a Venus. Es donde está el mecánico más cercano. Bueno, te hemos dejado la nevera llena, ya que no te veremos en unas semanas...o tal vez en un mes. ¡Aah! Si tienes algún problema tendrás que llamar a la policía o a alguien cercano, porque el vecino se ha apuntado a estas vacaciones....digo....a este viaje importante y necesario. Te queremos cariñio, un beso. Mamá
Cuando pensé que ya habçia acabado toda la carta, y que me habían dejado sin pasta durante todo un largo mes, me di cuenta de que aún faltaba algo por leer.
PD: Te hemos dejado algo de dinero en el cajón de la entrada...no lo gastes todo de un tirón, ¿eh? ¡Te queremos!
Voy corriendo hacia la mesa de la entrada...y...ahí estaba...¡Toma ya! Cuando vi aquel montón de pasta, no me dio tiempo a agarrarme a algo para evitar caerme al suelo. Dios mío....¡qué mes me esperaba!
Desayuné, y con el buen tiempo que hacía, pensé que podría ir al parque y sarle un paseo a Bolita. Bolita es mi mascota, es una cochinilla, aún es un cachorro. Le encanta jugar y experimentar el mundo y cosas nuevas. También es muy obediente, aunque por mucho que le diga que no haga sus necesidades en los pies del señor Mantis, no puede evitar hacerlo. Al llegar al parque, me crucé con Maguie, es una hormiga, mi amiga, y aprecía estar muy agobiada.
- ¡Tommy! Necesito tu ayuda...en mi solonia tenemos muchos problemas, porque en nuestra zona ya no quedan alimentos, ¡¡¡y el invierno está al llegar!!!!
-¡ Guau!- ladró Bolita.
- ¡Ah! hola Bolita - respondió Maguie.
- Eeehhh...bueno tranquilízate,seguro que hay alguna solución -le dije a Maguie. Entonces empezó a sonar mi móvil, era mi madre.
- Hola mamá.
- Hola hijo, que ya hemos llegado, y todos estamos a salvo en Venus, leíste el papelito,¿no?
- Sí.
- Bien.
- Oye...¿qué tal por allí?, ¿cómo es Venus?
- Oohh hijo, ¡es magnífico, es muy tranquilo y bonito. Tiene comida por todos lados y tiene unas vistas de la Tierra impresionantes!
- Espera, ¿comida dices?
- Exacto, y ¿cómo habéis llegado hasta allí?
- En el único bichoavión de la ciudad, ¿por qué?
- Ah...vale, no por nada, adiós mamá...sí, yo también te quiero.
Colgué y le pedí a, Maguie que me llevara a su colonia, porque tenía una solución al problema. Al llegar me subí en lo más alto del hormiguero y les dije a todas aquellas hormigas:
- Hola a todos. Mi madre está en Venus, al parecer allí hay mucha comida, más de lo que os podéis imaginar. Por eso, éste es mi plan. Necesitamos llegar hasta Venus, porque mi familia no llega hasta un mes, por ello, con ka ayuda de todas vosotras llegaremos a Venus.
- Pero...¿cómo?
-Ya lo veréis.
Las dirigí hasta el parque. Bolita, que era el más ancho se puso tumbado boca abajo en el suelo,y como eran miles y miles de hormigas se pusieron una encima de otra, formando así una especie de columna hacia arriba. Tan alta fue la columna que consiguió atravesar el espacio hasta Venus, y fueron pasándose comida unas a otras. Una vez llegada la comida abajo, las hormigas que sobraron de la columna la transportaron hasta el hormiguero.
Cuando ya no cabía más, bajaron todas las hormigas con cuidado y después de agradecérmelo, se fueron a organizar el trabajo.
Yo, tan feliz como siempre, me fui con Bolita a mi casa para que mis padres no se enteraran, pero este finde ¡FIESTA!, jajajaj, ¡qué ganas! No se lo digas a mis padres, ¿eh? Y oye, ¿te vienes a mi fiesta?
REBECA MILLÁN, 2º E